Masaje deportivo

El masaje deportivo es una técnica manual especializada orientada a las necesidades de las personas que realizan actividad física, ya sea de manera profesional o amateur. Su objetivo principal es preparar la musculatura antes del ejercicio, favorecer la recuperación después del esfuerzo y prevenir o tratar lesiones derivadas de la práctica deportiva.
A diferencia de otros tipos de masaje, se adapta a cada fase del entrenamiento o competición, variando la intensidad, el ritmo y las maniobras en función del momento y del estado del deportista.

Beneficios para el organismo

El masaje deportivo proporciona múltiples ventajas, tanto para quienes entrenan con regularidad como para quienes realizan esfuerzos ocasionales:

               – Prevención de lesiones, al mantener la musculatura flexible y en buen estado.

               – Aumento del rendimiento deportivo, preparando al músculo para responder mejor durante la actividad.

               – Recuperación más rápida, al favorecer la eliminación de toxinas y reducir la fatiga muscular.

               – Alivio del dolor y reducción de sobrecargas, especialmente en músculos sometidos a esfuerzo intenso o repetitivo.

               – Mejora de la circulación sanguínea y linfática, lo que ayuda a oxigenar los tejidos y acelerar la regeneración.

¿Cómo se realiza una sesión de masaje deportivo?

El masaje deportivo combina distintas técnicas en función de las necesidades de cada persona y del momento en que se aplique:

               – Antes del ejercicio: se aplican maniobras rápidas, estimulantes y superficiales para activar la musculatura y mejorar la elasticidad.

               – Durante la actividad (si es necesario): se realizan técnicas breves y localizadas en zonas sobrecargadas para evitar lesiones.

               – Después del esfuerzo: el masaje es más profundo y pausado, con el fin de eliminar toxinas, relajar los músculos y favorecer la recuperación.

               – En periodos de descanso: se pueden realizar sesiones de mantenimiento para corregir tensiones acumuladas y mejorar la postura.

El nivel de intensidad es mayor que en un masaje relajante o descontracturante, pero siempre adaptado a la tolerancia del paciente y al objetivo buscado.